viernes, 22 de julio de 2016

Si lo tienes bajo control, no te preocupes;
Si pierdes el control, preocúpate.



En esta frase comento que, cuando manejamos debemos llevar el control sobre el vehículo, si lo perdemos, como por ejemplo, al tomar una curva a exceso de velocidad, indudablemente que por la fuerza centrífuga, nos saldremos de la carretera y es probable que ni tiempo se tenga de preocuparnos.

De igual manera, si somos muy temperamentales, fácilmente podemos perder el control en un enojo, como cuando nos dicen que alguien es de mecha corta y explota muy fácilmente, con cualquier pequeño detalle; entonces, sí que hay que preocuparse, porque no se sabe cuál vaya a ser su reacción.

Por eso, en cualquier circunstancia de la vida, debemos de tener el control y no perderlo fácilmente, porque después, ni aunque uno se arrepienta de lo que se diga o se haga, ya nada vuelve a ser lo mismo.


Saludos, hasta la próxima semana.

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