lunes, 13 de agosto de 2018

Que la obsesión no se vuelva una obstinación, porque se puede convertir en frustración y, ésta, en desesperación y ansiedad.



La obsesión, hasta cierto punto es buena, es pasión, porque perseveras en algo que deseas hasta conseguirlo; muchos han tenido una idea y no descansan hasta verlo concretado.

Thomas Alva Edison, uno de esos hombres tenaces y apasionados, que tuvo la idea de la bombilla incandescente, estuvo experimentando una y otra vez, hasta conseguir inventar el foco.

La obstinación es sinónimo de terquedad, una persona terca es aquella que se empeña en conseguir algo muchas veces en contra de la razón, hasta el grado de llegar a la tozudez.

Un hombre frustrado es aquel que no ha logrado conseguir las metas de sus objetivos planteados, por más empeño que le haya puesto, llegando hasta la desesperación y la ansiedad.


Saludos, hasta la próxima semana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario