Que la obsesión no se vuelva una obstinación,
porque se puede convertir en frustración y, ésta, en desesperación y ansiedad.
La obsesión, hasta cierto punto es buena, es
pasión, porque perseveras en algo que deseas hasta conseguirlo; muchos han
tenido una idea y no descansan hasta verlo concretado.
Thomas Alva Edison, uno de esos hombres tenaces
y apasionados, que tuvo la idea de la bombilla incandescente, estuvo experimentando
una y otra vez, hasta conseguir inventar el foco.
La obstinación es sinónimo de terquedad, una
persona terca es aquella que se empeña en conseguir algo muchas veces en contra
de la razón, hasta el grado de llegar a la tozudez.
Un hombre frustrado es aquel que no ha logrado
conseguir las metas de sus objetivos planteados, por más empeño que le haya
puesto, llegando hasta la desesperación y la ansiedad.
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