El sembrar implica un gran esfuerzo; pero el
cosechar, los éxitos, es toda una satisfacción.
Limpiar la tierra, arar, sembrar, etc., todo
requiere de un gran esfuerzo, pero el cosechar los frutos o semillas, nos llena
de satisfacción y de gran orgullo el haber cultivado la tierra, que en el momento de
la cosecha se nos olvida lo que involucra dicho proceso y nos da ánimo
para comenzar nuevamente con la siguiente temporada.
Así, son todas las actividades en la que el
trabajo nos demanda un gran esfuerzo, pero al ver los logros y metas
alcanzadas, nos vuelve a dar las fuerzas para comenzar nuevamente con nuevos
proyectos, ideas o porque no, continuar con lo que siempre hemos hecho que nos
satisface y nos enaltece.
El trabajo, como el estudio, demanda pasión,
esfuerzo, tenacidad, perseverancia, responsabilidad y cumplimiento con las
tareas encomendadas, para alcanzar los objetivos y metas, que cada quién se
haya trazado.
Parafraseo un slogan el cuál dice: “Como el
viejo decía, si las cosas que valen la pena fueran fáciles, cualquiera las
haría”. Por lo tanto, todas las personas
tenemos algo que hacer con nuestras vidas, ocuparnos en una actividad que con
esfuerzos logremos cosechar nuestros anhelos y ambiciones.
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