viernes, 15 de abril de 2016

Una idea no deja de ser un pensamiento; pero,
un pensamiento puedes hacerlo realidad.



Muchas veces hemos tenido buenas ideas, pero por desconfianza y dudas, no la hemos llevado a la práctica; sobre todo por miedo a fracasar, a perder una inversión y arriesgar dinero, que quizá no logremos recuperar.

Lo primero que uno piensa son ideas negativas, que tal si me va a ir mal, que tal si no “pega” el negocio, en cuanto tiempo voy a recuperar mi inversión, etc., son algunas de las dudas que nos surgen inmediatamente para no arriesgarnos y no confiar en nosotros mismos.

Tal vez, si tenemos a alguien que nos empuje a emprender dicha empresa, dándonos ánimos, logre motivarnos a dar el paso definitivo para arriesgarnos; y, además dice el refrán “el que no arriesga, no gana”.

Muchas ideas se quedan en un pensamiento y no se materializan porque no la expresamos o no tenemos el respaldo de alguien, que nos dé la confianza que necesitamos, para invertir nuestro tiempo y dinero.

También, porque no queremos salir de nuestro estatus de confort, no hacemos nada por arriesgarnos; pero, la necesidad muchas veces nos obliga a ser emprendedores.

Debemos de sentirnos satisfechos por los logros y ¿por qué no?, por los fracasos o tropiezos que tengamos en llevar a cabo nuestras ideas.

Y qué tal si le “pegas” al negocio, qué tal si tienes éxito en lo que emprendiste, serías feliz; pero, serías muy infeliz y muchas veces te atormentaría la idea toda tu vida, de por qué no te arriesgaste. Qué tal si lo hubiera hecho, qué tal si lo hubiera dicho, por eso dicen que él hubiera no existe.


Saludos, hasta la próxima semana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario