viernes, 8 de abril de 2016

Tiempo pasado y tiempo presente, son lo mismo;
lo que cambia es la gente.



Muchas veces hemos escuchado decir: “antes era mejor que ahora”; pero, yo creo que los tiempos no cambian, porque los refranes o los dichos aplican tanto para los tiempos pasados como para los actuales y, no pasan de moda.

Alguna vez, cuando jóvenes, siempre hemos dicho: “eso era antes, ahora son otros tiempos”, para no aceptar y hacer las cosas, “como Dios manda”. Antes y ahora, siempre se ha querido hacer las cosas a la mejor conveniencia de cada quién, no es necesario conocer mucho de ética y de moral; así como de las buenas costumbres, para aplicarlas.

Pero, no cabe duda que las cosas salen bien, cuando se hacen con sabiduría, la gente con más edad tienen más experiencia y, por lo mismo, deben ser escuchados y se les deben hacer caso a sus consejos, para no cometer algunos errores en la vida. Como dice el refrán, “el que no oye consejo, no llega a viejo”.

Pero por lo mismo, “nadie escarmienta en cabeza ajena”, y así, muchos cometen el error de equivocarse y entonces, se deben de atener a las consecuencias y de lidiar con los errores.

Por eso, no hay que escudarse en que, “ahora son otros tiempos”, ni tampoco en que, “tiempos pasados fueron mejores”, sino que se deben hacer las cosas con responsabilidad y hacerlas bien, para no cometer dichos errores, en el que se pueda uno arrepentir; pero, una vez que “se hace, hecho está”, ni modos de echarlo para atrás, sino que se deben de asumir las consecuencias.

Cuando las cosas salen bien ¡qué bueno!; pero cuando salen mal, ya no se vale decir “¡te lo dije!”, porque nunca hubo una buena comunicación, para dar un buen consejo y que las cosas salieran bien, o porque también no se supieron decir, para darlas a entender, o por la otra parte, no se quiso escuchar y se hicieron de “oídos sordos”, o como dicen “le entró por un oído y le salió por el otro”.

También he visto con el tiempo, que las propiedades cambian de dueño; las casas, los departamentos y las tierras, las gentes que las habitan nunca serán las mismas, compran, viven un tiempo, venden y se van, o se las heredan a sus hijos, pero la gente cambia, tanto de lugar como de forma de pensar, adquieren y se adaptan a otras costumbres, a diferentes formas de actuar y de pensar, quizás sean más amables o no, pero ya no son los mismos.

De igual manera, la gente cambia con el tiempo su forma de actuar y de pensar, más cuando se casan y llegan a tener hijos, adquieren más responsabilidades y ya no piensan igual que cuando eran solteros. Los hijos hacen cambiar a la gente, por eso los padres dicen, “ya verás cuando tengas tus hijos”, y aquí cabe decir también “no es lo mismo ser padres que ser abuelos”.


Saludos, hasta la próxima semana.

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