Entre más pienses una idea,
nunca la llevarás acabo; porque, no hay peor idea, que aquella que no lo intentas.
Continuando con la frase
de la semana pasada, cuando uno piensa más una idea, ésta más tarda en llevarse
a la práctica.
Le damos vueltas y más
vueltas a la idea, y más dudamos en llevarla a cabo.
¿Por qué?, porque no
tenemos la suficiente confianza en nosotros mismos, el temor a que la idea no
dé los resultados que esperamos.
Miedo a quedar mal, a
fracasar, a las críticas; esas ideas negativas debemos desecharlas, por el
contrario debemos de pensar positivamente, que tus ideas son buenas y que si no
funcionan será por algún error, que se debe de encontrar para no cometerlo o repetirlo.
Si se falla no es por la
mala suerte, sino porque no se hizo un buen estudio de los riesgos y de la
ubicación de las probables amenazas en su entorno.
Se debe de hacer un buen
estudio de los “pro” y “contra” de las ventajas y desventajas, realizar un
marketing, no aventarse nomas por nomas. Una idea bien planeada tiene
garantizado el éxito, con los objetivos bien definidos y los alcances bien
determinados.
Una idea debe considerar,
tenacidad, constancia y perseverancia, para satisfacer la calidad del
entregable, sea este un servicio o un producto, así como la atención del
usuario, cumpliendo siempre con los requisitos establecidos.
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