lunes, 7 de diciembre de 2015

ESTRELLA DEL REY DE REYES

 ESTRELLA DEL REY DE REYES


Por: Ismael Reyes Calzada
07-12-2015 (DD-MM-AAAA)

Este símbolo lo he diseñado, considerando el equilibrio entre el bien y el mal, y la he denominado “Estrella del Rey de Reyes”; como se podrá observar el triángulo formado por los números 9 una de las puntas se dirige hacia arriba y el triángulo formado por los números 6 la punta se dirige hacia abajo, como es de todos bien sabido, en la Biblia el Mal es representado por el número 666, luego entonces, el Bien es el número 999, ambos números si se suman, el primero da 18 y 1+8 es igual a 9, en el segundo da 27 y 2+7 es igual a 9, de allí que 27+18 es igual 45, y 4+5 es igual a 9. Ambos números en equilibrio van hacia el número 9, pero el 666 es el símbolo de la Bestia, en el yo interno de cada quién, éste debe estar equilibrado con el 999.

Así mismo, si se observa en el símbolo, el 6 y el 9 saliendo de cada una de las bases hacia el centro forman ambos números el círculo donde se encuentra el número 45, es allí donde está el equilibrio, en el centro.

En la búsqueda del número 9 en la Biblia, me encontré en Internet con lo siguiente: El significado de los números en la Biblia (https://catolicoaprende.wordpress.com/significado-de-los-numeros-en-la-...), en dónde el número nueve es el número de juicio y de finalidad. *(También representa el fruto del Espíritu Santo). Jesús fue crucificado a las nueve de la mañana y murió a la hora novena del día. Hay nueve frutos del Espíritu en Gálatas 5:22-23 e indica la finalidad por qué nada más es necesario. De igual manera, hay nueve dones espirituales en 1Corintios 12:8-10.

Sin haber consultado o buscado antes en internet sobre el número 9, ya había nombrado a mi diseño la “Estrella del Rey de Reyes”, como se le conoce a nuestro Señor Jesucristo. En Apocalipsis 17:14, “Estos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque Él es Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con Él son llamados, escogidos y fieles”.

Fue algo intuitivo o quizá una idea que me llegó y creo que, con ese denominativo me voy a quedar; de igual manera me quedo con el significado, que el número nueve es el número de juicio y de finalidad, para no seguir lucubrando sobre numerología o simbolismos, que ustedes pueden seguir indagando sobre el número nueve.

Al símbolo quiero darle un significado entre la lucha del bien y el mal que cada uno de nosotros tenemos día a día, el cual está en equilibrio en nuestro yo interno, en el consciente o en el subconsciente.

Fue la lucha interna que Nuestro Señor Jesucristo tuvo entre el bien y el mal, dudando o quizá con el temor hacia lo que él sabía se tenía que enfrentar, al sufrimiento y muerte en la cruz, cuando se acercaba la hora de su arresto en el Huerto de los Olivos y, estando en oración, dijo: “Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”, así también en la hora de su muerte: “Y alrededor de la hora novena (3 p.m.), Jesús exclamó a gran voz, diciendo: "ELI, ELI, ¿LEMA SABACTANI?" Esto es: "DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?"”, de igual manera, antes de expirar dijo: “Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu” y muere. Pero al tercer día, él resucita venciendo a la muerte, por eso, le doy a la interpretación de que unidos en el símbolo están el bien y el mal, el 999 al sumarse da 27 y 2+7 es igual a 9 y, el 666 que al sumar da 18 y 1+8 da 9, ambos juntos en equilibrio en el centro dan el número 45 dónde 4+5 da 9, que es “el número de juicio y de finalidad”.

Nuestro Señor Jesucristo quiso dejarnos una enseñanza, que nuestra Alma “Vive” después de la muerte; así también, que hay un juicio de nuestros actos en vida a la hora de la muerte y, como Jesús dijo: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”, Mateo 4:17; esto es, que no sabemos en qué momento habremos de morir y que debemos estar preparados, en paz con uno mismo, que nada nos preocupe, que no tengamos algún cargo de conciencia a la hora de nuestra muerte.

Por lo tanto, considero que nosotros, tenemos en nuestro interior el equilibrio entre el bien y el mal, cuando un mal espíritu entra en nuestro cuerpo, nuestro rostro se transfigura, los músculos de la cara se contraen de odio, rencor, coraje, etc., etc. En cambio cuando entra el Espíritu Santo, nuestro rostro irradia bondad, alegría, gozo, etc., etc. ¡¡¡se ilumina!!!, como por ejemplo, el rostro del Papa San Juan Pablo II.


Espero que esta idea y el símbolo, hayan sido de su agrado, así como su interpretación. Saludos.

Pongo mis iniciales en el centro, como autor del diseño del símbolo.

Hasta la próxima semana.

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