Un libro que no se lee, es
letra muerta; un documento sin firma, es un papel sin valor.
Los libros cuando se leen,
cobran vida en la mente del lector; cuando está bien escrito y narrado, uno se
imagina en las novelas, los paisajes, los personajes, la acción o el drama,
como si estuviéramos viviendo los acontecimientos, aunque sean de otra época o
la vida actual.
Un papel sin firma, es un
documento sin valor, por eso en cualquier transacción se tiene que realizar
por escrito y firmado, porque dicen “papelito habla”.
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