viernes, 21 de octubre de 2016

Quién dice que la vida de casado(a) es fácil, pero más difícil es ir por la vida sólo(a), sin alguien quién te acompañe en tus éxitos y te comprenda en tus fracasos.



Para aquellos que piensan que el noviazgo se acaba cuando el matrimonio principia, es allí el reto de la vida de casados, tanto para el hombre como para la mujer, es una nueva vida en pareja, que deben afrontar con responsabilidad en el nuevo rol que les toca vivir; deben esmerarse más, que cuando eran novios, en complacer a su pareja y cuidar de los detalles.

No por el simple hecho de haber firmado el acta matrimonial ya tienen seguro(a) a su pareja, ¡no!, ese es el más grande error de las parejas, el que ambos ya no se interesen, cómo cuando se desvivían el uno para el otro.

El matrimonio no es el fin del noviazgo, tanto en el doble sentido de la palabra, no es el fin de terminar, ni tampoco la finalidad, es decir el ser novios no es únicamente querer llegar a casarse con dicha persona.

Ni tampoco el matrimonio no tiene sólo la finalidad de buscar únicamente la seguridad de la pareja, ni de procrear hijos, ni tampoco de adoptar hijos, sino el de formar una familia que vele durante toda la vida, tanto por la seguridad de ambos como la de los hijos, dándoles una buena educación, como ya he dicho en otras frases “la educación no se aprende en la escuela se adquiere en la casa”, con el buen ejemplo.

El estar sólo, considero que es lo más triste de la vida, aunque dice el refrán “más vale sólo, que mal acompañado”, algo de este dicho tiene razón, por eso mucha gente adopta un perro o un gato, y algunos no uno sino varios, pero no es lo mismo, quizás esas personas no supieron convivir con otra, aparte de que talvez nunca llegaron a conocerse bien y son un par de desconocidos y como dice la canción “ni pariente somos” cómo para tener que soportarte.

El estar sólo o quedarse sólo después de vivir mucho tiempo con la pareja y alguno de los dos muere, eso sí que es difícil, es terrible, sientes que no tienes nada ni a nadie, es allí cuando los hijos debemos velar por nuestros padres.


Saludos, hasta la próxima semana.

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